Una profesión antigua de una manera moderna
Stéphane Bréhin, herrador en Francia
Nos encontramos con Stéphane Bréhin, nacido en 1973 en Averton en Francia, cuando estaba trabajando en el patio de un castillo de uno de sus clientes. De alguna manera este pintoresco paisaje nos engañó. Estábamos mirando una profesión antigua en un lugar histórico, sin darnos cuenta de que este herrador tiene una forma muy moderna de realizar su trabajo y dirigir su negocio.
A los diecisiete años Stéphane comenzó en la famosa Escuela Estatal de Herradores Le Haras du Pin, en Normandía. Era un estudiante muy talentoso, obtuvo su diploma en tres años y luego tuvo que prestar su servicio militar. Sus habilidades no fueron desperdiciadas; se convirtió en un herrador del ejército en Fontainebleau. Después de eso trabajó un año en varios lugares para obtener experiencia. En 1995 comenzó su propio negocio y se convirtió en un herrador independiente. Durante años estuvo en competencias de herradores, ganó el título francés tres veces y fue tercero en los campeonatos europeos en 2002.
Stephane Bréhin tiene su negocio bien organizado. Él solo hierra caballos de silla en todas las disciplinas. Stéphane también recorta potrillos para que tengan un buen aplomo antes de que cumplan la edad de seis meses. Stéphane hierra un promedio de seis caballos por día y desde el comienzo de su negocio ha estado enseñando a aprendices. Debido a su buena reputación puede seleccionar a sus clientes. Sus criterios son simples pero eficaces: debe haber un "clic"; el cliente tiene que pagar sus servicios, debe haber condiciones de trabajo adecuadas y la distancia debe estar dentro de los límites. ¿Distancia dentro de los límites? ¡Sí! Todos sus clientes están en un círculo a no más de cuarenta minutos en carro desde su domicilio particular.
Hacer tus propias reflexiones para mejorar tu trabajo.
Consejos de Stéphane para herrar caballos de silla: - “Anticipar el hecho de que el herrado durará unas pocas semanas; tener en cuenta el crecimiento del exceso de casco”. - “Hacer tus propias reflexiones: revisa tu trabajo después del herrado y también después de ocho semanas y pregúntate cómo puedes mejorar el resultado.
Lo que le enseñas a tus alumnos, tienes que hacerlo tú mismo.
Además de su práctica como herrador enseña en una escuela para herradores, durante unos días en la semana. Este trabajo obliga a Bréhin a mirar su trabajo de una manera más crítica. Porque “lo que le enseñas a tus alumnos debes hacerlo tú mismo”. Esta visión lleva a otro aspecto interesante de Bréhin: él siempre está activo con las innovaciones. Durante nuestra entrevista mostró imágenes en su celular sobre sus propias pruebas – privadas – de los clavos de cobre Mustad. Él quiere ver por sí mismo si estos nuevos clavos dejan menos rastros de suciedad en el casco. Nos dice que él estuvo involucrado en el desarrollo de la herradura Mustad LiBero mano pestaña en pinza. Pero su naturaleza innovadora no se detiene en su maletín para herrar, sino que también implica la forma en que mira su negocio. Una fragua eléctrica ¿Es mejor para el medio ambiente, es buena para reducir costos? Bréhin tomó esta decisión hace más de diez años. Otro ejemplo: tiene una computadora e impresora instalada en su camioneta. Trabajo hecho, factura impresa y almacenada, el cliente puede pagar directamente. Pero también esta computadora tiene un archivo de cada uno de los trabajos de herrado que ha hecho. ¡Él puede mantener un seguimiento total de cada caballo que tiene a su cuidado!
La situación de Bréhin no es típica en Francia. Al brindar información detallada, buena calidad, alto nivel de servicio y al mostrarse involucrado con sus caballos, se ha ganado el respeto de sus clientes. Como resultado, puede permitirse herrar un promedio de 6 caballos por día en un área pequeña. Es un trabajo menos demandante para su estado físico, mejor para los clientes y sus caballos. Por último, pero no menos importante, esto le da la oportunidad de compartir su conocimiento con estudiantes y proveedores.